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TALLER DE CREACIÓN LITERARIA DE PINA DE EBRO pinaescribe@gmail.com

JULI: ¿QUÉ PASA CON EL PRINCIPIO DEL CUENTO QUE NOS TENÍAS QUE COLGAR? Para abrir boca aquí va un cuento un tanto lúbrico. JOSÉ MANUEL

NO DIGAS QUE FUE UN SUEÑO

Siempre soñó con hacerlo en el barro. Gozar flotando en el viscoso elemento como si fuera líquido amniótico. Resbalar con su cuerpo al abrazarla y sentir que se escurre como una sirena en un tarro de gelatina. Por eso preparó ese inmenso estanque en su casa. Sé que al verlo y, por qué no decirlo, al olerlo, causó en ella cierta repulsión, pero como casi siempre acabó convenciéndola.

Ella se quitó la ropa mientras él se zambullía con la ropa interior puesta. Pronto estuvieron cubiertos por el lodo. La sensación placentera que tanto había deseado se tornó desagradable al comprobar que el hedor del fango se les metía en el cerebro. Intentaron abstraerse y concentrarse sólo en su placer. Exploraron las sensaciones que les brindaba el nuevo elemento, disfrutaron sumergiéndose por completo hasta cubrir cada centímetro de sus cuerpos de brillante limo. Cuando el deseo creció hasta hacerles daño, él quiso besarla. Acercó su boca a los labios que amaba y buscó la lengua que tanto anhelaba. Pero, de pronto, una convulsa arcada le infló los carrillos. Tapándose el asco con la mano, se limpió el vómito en la pared de enfrente. Ella miraba avergonzada, sin saber que hacer, con los dientes llenos del cieno que les rodeaba. Y luego él, tras un instante de duda, al fin dijo:

-Mejor sólo follamos.

ASUMIENDO MI PARTE DE CULPA POR LA INACTIVIDAD APORTO UNO DE LOS TRABAJOS PORPUESTOS POR RAMÓN ACÍN -JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ

LAS UÑAS DE LOS PIES

Leí en alguna parte que las uñas de los pies crecen a la misma velocidad que la deriva de los continentes. Del mismo modo, no sería raro averiguar que la fuerza de la gravedad es directamente proporcional a mi facilidad en meterme en problemas. Me explico: resulta evidente que soy algún tipo de gafe o algo que se le parezca. Mi presencia en cualquier mesa es antesala de vasos volcados, sopa vertida sobre la inocente calva de un comensal o de manchas de salsa que asolan el mejor traje.

De todos modos, estas cosas no serían más que anécdotas si no hubiera pasado lo que pasó. Era uno de esos días en los que resulta casi imposible salir de la cama. La cabeza me decía que debía ir a trabajar, pero mi cuerpo se obstinaba en mandarme señales para impedirme salir de casa. Con los miembros aletargados caminé hasta el trabajo con el convencimiento inequívoco de que algo iba a pasar, algo desde luego desagradable.

Llegué tarde a la oficina, como casi siempre. El jefe me estaba esperando vestido con el traje de "dar por saco". Intenté ignorar su mirada de suficiencia y de reproche, esquivar las órdenes estúpidas que vertía con apabullante obstinación. Me senté al ordenador y fijé la mirada en un punto fijo tal como me había enseñado mi terapeuta. El jefe seguía insistiendo en meterse conmigo. Sus palabras desfilaban en mi cerebro como en una parada militar: un, dos, un, dos, haz esto, haz aquello. Pero, de la misma manera que el soldado entrenado sabe abstraerse del dolor que le rodea, yo soportaba el chaparrón verbal como si fuera sirimiri.

De pronto sonó el teléfono en su oficina y su perfecta secretaria le hizo señas de que debía contestar la llamada. Por un momento me vi aliviado de su agobiante marca. El buldog había soltado su presa para jugar con otro hueso. Me sumergí en mi anodino trabajo deseando hacerme invisible. Sin embargo, al levantar la vista, me di cuenta de que todo el mundo me estaba mirando. Nadie permanecía en su puesto, la cara del jefe parecía desencajada. La secretaria se volcaba en consolarlo a la vez que me mandaba descaradas miradas. No supe como interpretar las señales. ¿Sería la llamada la causante del desastre? Y entonces todo quedó claro. Por fin la desgracia se había consumado. Mi jefe había sido sustituido por el más inepto de la oficina. Lo peor es que ese inepto era yo mismo.

sin título

 Por un camino de sangre, sangre perdida de muchas ilusiones,
sigo mi camino esperando años mejores
Atrás quedan recuerdos, recuerdos que a mi mente vienen,
aquellos años vividos, donde la palabra nunca censurada
a gloria sonaba entre el libre albedrío.

 En este angostoso camino, plagado de penas y miserias
donde las almas vagan en busca de respuestas,
busco una salida, a tan injuriosas penas,
penas que el corazón hieren, penas que a todos nos vienen.

Quizá siguiendo el camino, camino sin fin,
en algún lugar del mismo, encuentre una salida
donde todas las almas me sigan
y puedan conseguir descansar en paz.

UN NUEVO CONCURSO PARA QUE OS PRESENTÉIS SI OS APETECE HABLAR DE "CULTURA ALIMENTARIA"

En la web del Babel podéis leer las bases del concurso. http://www.barbabel.es/

Para este hay que trabajar mucho, que son 40-60 páginas sobre “Agricultura, alimentación, vino, cerveza, cava y restauración”. Hasta el 21 de enero tenéis tiempo para escribir sobre esto. Seguro que las Navidades os inspiran.

AGOSTO DEL 36

          Agosto de 1936. Son tiempos revueltos. La gente se va de Pina huyendo de las columnas anarquistas que llegan de Barcelona. Una mujer de unos 25 años mira a un grupo de hombres en la plaza. A algunos les acaban de sacar de sus casas. Otros, los que les han sacado, ni siquiera son del pueblo. La mujer mira a su padre, un hombre de unos 55 años, envejecido por el trabajo en el campo, al que han ido a buscar por ser de derechas. Luego mira a otro hombre. No es del pueblo. Acaba de llegar y todos dicen que es el jefe de la columna y el que manda matar. La mujer llora y se tapa la cara. Se oyen murmullos en medio del silencio hasta que él lo rompe.

          - "Váyanse todos y que no falte un trabajador más en su casa".

          Esa fue la frase que mi abuela guardó siempre como recuerdo de Buenaventura Durruti.

Marisa Fanlo Mermejo

Perdición

En un mundo tan avanzado, de miedo, poder y odio, no existen los derechos, si no pagas con oro.
Te matas a trabajar, por un salario indigno, mientras que otros por vaguear, se forran los bolsillos.
En este mundo de desigualdad, injusticias y miserias, por culpa de unos pocos, la humanidad se desespera.

 Nos dicen con ironía, hay que aumentar la natalidad que pocos jóvenes quedan, y tú te preguntas
cómo lograrlo con un salario de miseria, nos aumentan los impuestos, nos suben los precios,
nos congelan los salarios.

Sólo nos queda el amor que entre personas procesamos, mas el amor no da para vivir, por ello algunos pueblos se rebelan
contra sus tiranos. A dónde iremos a parar si seguimos a este paso, porque tanta tiranía acabará por matarnos, matarnos unos a los otros sólo por alimentarlos mientras ellos en su status siguen chupando.

Carlos desde Pina de Ebro  mi email irixoa@hotmail.com

CONCURSO DE POESÍA CIUDAD DE ZARAGOZA

XXV CONCURSO DE POESÍA CIUDAD DE ZARAGOZA 2008 >> Bases

1. Podrán participar en el concurso todos aquellos autores que presenten sus obras en lengua castellana. Los trabajos presentados deberán ser originales e inéditos en toda su extensión, sin firma ni señal alguna que denuncie su procedencia.

2. El plazo de admisión de originales finalizará el 21 de diciembre de 2007, a las 14 h.

3. La presentación de originales al concurso se efectuará en días laborables, en horario de 11 a 14h. (excepto sábados), en las oficinas del:

Servicio de Cultura
Dirección: C/Torrenueva, 25
50003 Zaragoza

También podrán ser remitidos por correo certificado, a portes pagados, a la misma dirección, indicando en el sobre Para el Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza, siempre que dicha remisión se realice antes de finalizar el plazo indicado en la base segunda.

4. Los poemas deberán ser originales y no estar editados por ningún procedimiento impreso o electrónico, que no hayan sido premiados en cualquier otro certamen y que no estén presentados a ningún otro concurso antes de hacerse público el fallo de esta convocatoria. El autor acompañará un escrito firmado en el que declare estos aspectos, indicando también que sobre esa obra no existe compromiso alguno y por lo tanto posee todos los derechos.

5. Los originales no irán firmados, debiendo presentarse por duplicado (haciendo constar en el encabezamiento el título elegido) y acompañados de un sobre cerrado, en cuyo exterior se hará constar el citado título. En el interior del sobre se depositará el escrito señalado en la base cuarta y una nota escrita a máquina o rotulación adecuada, indicando:

  • Nombre y apellidos del autor
  • Dirección y teléfono
  • Correo electrónico, en caso de tenerlo
  • Fotocopia del Documento Nacional de Identidad.

Cuando un mismo autor presente varias obras distintas (sean piezas poéticas o colecciones de poemas), deberá seguir el mismo procedimiento para cada una de ellas.

6. Con carácter excepcional y de cara al fomento de la participación en el certamen, los trabajos procedentes de fuera de España podrán ser remitidos por correo electrónico en formato Word, como archivo adjunto, a las direcciones siguientes:
cultura-publicaciones@zaragoza.es|mailto:publicaciones-concursos@zaragoza.es.

El correo electrónico deberá hacer constar (siempre en diferente archivo que el de la obra sujeta a concurso), los mismos datos que se indican en las bases cuarta y quinta.

7. Cada autor podrá presentar una pieza poética, o una colección de poemas, cuya extensión no sea inferior a ciento setenta y cinco versos ni superior a doscientos setenta y cinco versos, en folios mecanografiados a doble espacio por una sola cara. El tema será de libre elección por parte del autor.

8. El concurso está dotado con un primer premio de 3.000 Euros y dos accésits de 1.200 Euros. Estos premios estarán sujetos a una retención fiscal, de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta.

9. Un Jurado, designado al efecto, valorará los trabajos presentados y emitirá su fallo antes del 23 de abril de 2008, Día del Libro.

10 El autor galardonado con el primer premio en la anterior edición del concurso no podrá optar a los premios en metálico, pudiendo recibir menciones a título honorífico.

11. El Ayuntamiento de Zaragoza estará facultado para editar un libro, cuya presentación tendrá lugar durante la celebración de la Feria del Libro de 2008, con una selección de los mejores trabajos presentados al concurso, realizada por el Jurado encargado de emitir el fallo. La participación en el concurso implica la aceptación de que los trabajos seleccionados por el Jurado sean incluidos en la mencionada edición, para la cual cada autor entregará su texto en soporte informático.

12. Los autores premiados y seleccionados recibirán veinte ejemplares de la edición realizada, en su caso, por el Ayuntamiento de Zaragoza.

13. Una vez finalizado el concurso y editado el libro, los trabajos no seleccionados serán destruidos.

CONCURSO DE RELATOS CIUDAD DE ZARAGOZA

XXVI CONCURSO DE RELATOS CIUDAD DE ZARAGOZA 2008 >> Bases

1. Podrán participar en el concurso todos aquellos autores que presenten sus obras en lengua castellana. Los trabajos presentados deberán ser relatos originales e inéditos, en toda su extensión, sin firma ni señal alguna que denuncie su procedencia.

2. El plazo de admisión de originales finalizará el 21 de diciembre de 2007, a las 14h.

3. La presentación de originales al concurso se efectuará en días laborables, en horario de 11 a 14h. (excepto sábados), en las oficinas del:

Servicio de Cultura
Dirección:C/ Torrenueva, 25
50003 Zaragoza).

También podrán ser remitidos por correo certificado, a portes pagados, a la misma dirección, indicando en el sobre Para el Concurso de Relatos Ciudad de Zaragoza, siempre que dicha remisión se realice antes de finalizar el plazo indicado en la base segunda.

4. Los relatos deberán ser originales y no estar editados por ningún procedimiento impreso o electrónico, que no hayan sido premiados en cualquier otro certamen y que no estén presentados a ningún otro concurso antes de hacerse público el fallo de esta convocatoria. El autor acompañará un escrito firmado en el que declare estos aspectos, indicando también que sobre esa obra no existe compromiso alguno y por lo tanto posee todos los derechos.

5. Los originales no irán firmados, debiendo presentarse por duplicado (haciendo constar en el encabezamiento el título elegido) y acompañados de un sobre cerrado, en cuyo exterior se hará constar el citado título. En el interior del sobre se depositará el escrito señalado en la base cuarta y una nota escrita a máquina o rotulación adecuada, indicando:

  • Nombre y apellidos del autor
  • Dirección y teléfono
  • Correo electrónico, en caso de tenerlo
  • Fotocopia del Documento Nacional de Identidad.

Cuando un mismo autor presente varias obras distintas, deberá seguir el mismo procedimiento para cada una de ellas.

6. Con carácter excepcional, y de cara al fomento de la participación en el certamen, los trabajos procedentes de fuera de España podrán ser remitidos por correo electrónico en formato Word, como archivo adjunto, a las direcciones siguientes: cultura-publicaciones@zaragoza.es | publicaciones-concursos@zaragoza.es.
El correo electrónico deberá hacer constar (siempre en diferente archivo que el de la obra sujeta a concurso), los mismos datos que se indican en las bases cuarta y quinta.

7. La extensión mínima del relato será de ocho folios y la máxima de catorce folios, mecanografiados a doble espacio por una sola cara y en formato normalizado (máximo de 30 líneas por folio y 70 pulsaciones por línea). El tema será de libre elección por parte del autor.

8. El concurso está dotado con un primer premio de 3.000 Euros y dos accésits de 1.200 Euros. Estos premios estarán sujetos a una retención fiscal, de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta.

9. Un Jurado, designado al efecto, valorará los trabajos presentados y emitirá su fallo antes del 23 de abril de 2008, Día del Libro.

10 El autor galardonado con el primer premio en la anterior edición del concurso no podrá optar a los premios en metálico, pudiendo recibir menciones a título honorífico.

11. El Ayuntamiento de Zaragoza estará facultado para editar un libro, cuya presentación tendrá lugar durante la celebración de la Feria del Libro de 2008, con una selección de los mejores trabajos presentados al concurso, realizada por el Jurado encargado de emitir el fallo. La participación en el concurso implica la aceptación de que los trabajos seleccionados por el Jurado sean incluidos en la mencionada edición, para la cual cada autor entregará su texto en soporte informático.

12. Los autores premiados y seleccionados recibirán veinte ejemplares de la edición realizada, en su caso, por el Ayuntamiento de Zaragoza.

13. Una vez finalizado el concurso y editado el libro con los trabajos seleccionados, los no seleccionados se destruirán.

UN RECADO DE ÓSCAR SIPÁN

UN RECADO DE ÓSCAR SIPÁN

En diciembre, para la Feria del Libro Aragonés, publicaremos con Oscar Sanmartín, LEYENDARIO. CRIATURAS DE AGUA (Expo 2008-Tropo Editores), un libro ilustrado (24 ilustraciones), ambientado en una Zaragoza de principios de siglo. Personajes reales (Tramullas, Arthur Conan Doyle, Fermín Arrudi...), personajes imaginarios, fiebre española y misterio. El libro arranca así:

NADAL BARONIO se despertó en el suelo de la redacción, a pocos metros de su sombrero. Le zumbaba la cabeza y sentía un regusto dulce en la boca del estómago. Desorientado, incómodo como un ginecólogo en una cueva estrecha, intentó recordar lo sucedido, pero le fue imposible. El brasero estaba helado. Agarrándose a las patas de la mesa, consiguió incorporarse. En su máquina de escribir, una frase: el hombre está compuesto de agua y vanidad. Visiblemente mareado se aproximó a la ventana. El relente de la madrugada manchaba la silueta de los edificios y el viento agitaba octavillas llamando a la huelga de los metalúrgicos. En el muro del Hotel Regina los carteles anunciaban un combate de boxeo que nunca llegaría a producirse; la epidemia de gripe española había aplazado la revancha entre Arthur Cravan y Jack Johnson, campeón del mundo de todas las categorías. Los perros no ladraban. En medio de aquel silencio malsano y fantasmal, a esa extraña hora en la que se recomponen las plazas, un pensamiento asaltó la mente de Nadal Baronio: estoy muerto y este limbo pertenece al infierno. Aunque todo resultó más sencillo al descubrir que la explosión de una fábrica de cloroformo había dormido la ciudad de Zaragoza durante tres días.

EL MARTES NOS VEMOS

Supongo que repetimos l@s de siempre en el taller, y hasta algunas nuevas alumnas me han dicho que vienen... Otra vez con los nervios esos del primer día, sin saber muy bien cómo serán las clases con nuestro nuevo profesor. Por si alguien quiere conocer más cosas de él...

NUEVO CONCURSO DE RELATOS

NUEVO CONCURSO DE RELATOS

Esta vez es un concurso de relatos relacionados con el agua organizado con los de la Expo. Por eso pongo una foto del Ebro a su paso por Pina. Si queréis más información, en mi blog voy a poner los enlaces para que leáis las bases.

Suerte,

Marisa

CONCURSO POESÍA DE MIEDO

En http://www.olifante.com/ podéis mirar las bases del concurso de poesía de miedo. Como termina el plazo el día 1 de septiembre, podéis aprovechar y mandar alguna de las que ya tenéis -sobre todo pienso en Arrate, a la que le va más el tema- porque no hay mucho tiempo para hacer algo nuevo.

Bueno, a ver si leéis esto alguien, que esta página se ha quedado parada últimamente. Espero que hayáis cargado las pilas estas vacaciones. Al menos Arrate ya ha pasado el susto de su marido. Y a las Julias esperemos que se hayan recuperado de sus cosas.

Marisa

FESTIVAL DE POESÍA DEL MONCAYO

Este fin de semana se celebra el VI Festival de Poesía del Moncayo organizado por la Editorial Olifante.

Este año se hace un homenaje a Antonio Machado, pero hay otras muchas actividades desde el viernes por la tarde, como la actuación de Carmen París en el Monasterio de Veruela el sábado 1 a las 20h.

Si queréis leer el programa completo y conocer la editorial Olifante pinchad aquí.

La última clase -Julia Gallego Pérez-

Saber es acordarse (Aristóteles)

Cuando el profesor dio por terminada la lectura, el silencio me bloqueó por un instante la inspiración. Ese breve relato que nos mandó escribir, no sería si no un esbozo de vida si mi diestra no conseguía mover aquel bolígrafo de plástico, con las siglas DPZ, que Marisa me regaló en el primer taller con Ángela Labordeta.

Morir sin haber nacido, triste destino- me dije.

Y, así, con resignada tristeza, acabé la última clase:

Daniel Gascón había llegado a Pina en una tarde bochornosa. Iba a ser su última tarde con nosotros, y la última clase de creación literaria de adultos del curso. Daniel Gascón es un joven escritor que escribe novelas, guiones de cine al tiempo que triunfa con dos de sus libros: "La edad del pavo y El fumador pasivo".

Como cada miércoles (una vez al mes), nos reunimos el grupo:

En la clase, había un tablero largo de viejo aglomerado soportado por un par de caballetes metálicos; unas sillas; una pizarra; y un calendario caduco de año. Y hacía calor

Lo peor, sin embargo, era que no podía escribir. Me sentía metida en un callejón sin salida, y estaba buscando por todos los escondrijos un destello para escapar de aquella sequía.

-"No sé como empezar", esto es lo primero que dije.

Para colmo de los males, observé la exagerada concentración de mi compañera Arrate que, dale que dale y sin levantar la vista, vomitaba, sobre la pista cuadriculada, toda la poesía que lleva en la cabeza:

 

"Es invierno en mi alma

Y hiela mi pecho

La nieve se acumula

Y sopla el viento

Llueve en mis ojos

Aguacero intenso

Mi boca muda

Guarda silencio

Si el sol saliera

Y rozara mi pecho

Seguro fundiría

Todo este hielo

Y mi boca de risas

Llenaría el cielo...

Y espero aterida

Sentada en el suelo

Que ese milagro ocurra

Mientras aún haya tiempo".

 

Sentada en la silla, me sentía trastornada por la duda. Una profunda sensación de angustia se abrazaba a mi cerebro y en el estómago se me revolvía el amargor de las pastillas.

Para remachar el clavo, me vino a la memoria el comienzo de aquel magnífico relato de José Manuel, ganador del primer concurso de relatos de la editorial ABACO:

 

"Dios ha muerto. Sin avisarme ha muerto. Sin dejar sucesor, ni siquiera uno que le sustituya de manera interina. He probado con Alá, Jehová, Buda, Shiva, Brahmá y Visnhú, Quetzal, Cóalth, Mitra, Atón, Osiris y Horus, pero me parece que no me hacen caso. Por eso he decidido crearme mi propio Dios verdadero.

Mi Dios verdadero es un Dios para estar por casa. No tiene grandes pretensiones pues todavía no se ha desarrollado. Por el momento, no es un Dios vengativo como otros, ni busca obediencias ciegas como en las sectas destructivas...."

 

Pasaban los minutos y no se me ocurría nada. En aquel momento, deseé convertirme en la otra Julia. La otra Julia posee un don especial para la escritura. Ella no conoce la sequía. Ella es capaz de parir, junto al sentimiento, decenas de palabras:

 

"Se despertaba al atardecer ya vestida; cogía su carro de la compra y bajaba al callejón que había detrás del restaurante cercano, donde sacaban las basuras y desperdicios del mismo. Sin escrúpulo ninguno comía de ellas lo que pillaba; guardaba en sus bolsillos de su mugrienta bata todo lo que podía y con su carro recorría todos los contenedores de los alrededores y hurgaba en ellos..."

 

En esto, Amanda llegó. ¡Hola! Lo siento, no he podido llegar antes- dijo; y al decirlo sonrió de la forma más bella que uno pueda imaginar. Amanda es dulce, joven y especial; y así cuenta lo que crea:

 

"Miraba a través de la ventana

El mundo me parecía muy limitado

Gente variopinta que atravesaba la infinita calle

Imaginaba sus nombres y sus vidas..."

 

Frente a mí, Jaime masticaba el último pedazo de una apetitosa palmera de chocolate. Jaime tiene el aspecto de un chico al que no le importa la moda, vestido con un cómodo pantalón azul de trabajo y una vieja y descolorida camiseta de algodón.; en realidad no se para a pensar en si gusta o no gusta a los demás. A mí me gusta; está muy bien. Y sus escritos intrigan:

 

"El señor José, pese a su nariz llena de venillas rojas, alcohólicas; y a sus ojos legañosos, llenos de huevas de moscas que se lo están comiendo, es una persona que se hace querer..."

 

Di media vuelta sin decir nada y salí a la calle; estaba hasta las narices del dichoso móvil: algún impertinente quería decirme algo. Así era imposible escribir.

Escuché que Ana María comentaba algo con Daniel. Ana María es maestra; y también inventora de ideas:

 

"La figura asoma sigilosa, el maletín negro, los pantalones negros, el aura oscura, la cabellera blanca. Otea las cabezas de los niños sentados desde detrás de sus gafas; gafas de pasta, cejas fruncidas, boca recta..."

 

Iba cayendo la noche cada vez más cerrada, casi extravagante, como si la hubieran elaborado en un relato fantasmagórico.

En este momento, me desentendí de todo, miré a Marisa, y recordé a su Virgen:

 

"La Virgen es buena

Siempre me espera encima de mi cama

Una madre protectora

Con un manto azul

Con un niño en brazos

Con tristeza en la mirada

No podrá salvarlo

 

La niña quería ser buena

Y rezaba

Siempre en la oscuridad

Para no ser vista

Para ocultarse

Y la Virgen la miraba fijamente

Con su tristeza infinita

Profunda

Miraba su pelo corto

Crespado y pelirrojo

Pero no la oía

Había mucho ruido alrededor

 

Ahora la Virgen está quieta

Su manto azul se cae a trozos

Ya no mira nada

Está como muerta y es muy fea

No bajó a ejercer de peluquera

No consiguió alisarle la melena

Ni hallar el tono rubio deseado

 

El niño y la niña fueron hacia el ruido

No pudo salvarlos".

 

Poco a poco me fui calmando. Después, preguntamos a Marisa si seguiríamos con el taller en el próximo curso. Ella, pensativa, encogiéndose de hombros, dijo.- ¡A mí no me miréis! Yo no se nada. Aunque, nada me apetecería más...

-Política...-pensé:

 

Esta es la tierra dura

La flor oscura que ignora

Empieza ya el baile de los electos

Unas pocas palabras: desierto y sigilo.

 

La voz del pueblo es la voz que clama

Voz acallada en tantos quebrantos.

 

Trucos retóricos

Puntos de vista

Opiniones y palabras diferentes

Hechos complejos.

 

Lo difícil es compartir.

 

Metáforas

Recurso imaginativo

Argumento quebradizo

 

No se llega

No dejan cruzar

 

Oigo sonar los pasos en la cuesta

A pulso de trabajo

Mudo de halagos

Silenciado por la ausencia.

 

Esta es la tierra ingrata

 

Obsceno es el mundo

Y nos conducimos con suntuosidad

Es la ebriedad de la política

 

La exclusión no es perfecta

 

No

 

Cabría comentar que nunca he tenido inquietudes políticas, en el sentido de persona que se dedica a ejercitar ese género. Creo que no está hecho para mí. Sin embargo, respeto a las personas que exponen su imagen, y dedican su tiempo y parte de su vida en beneficio de la comunidad- escribí.

Finalmente, y antes de marcharnos, con el corazón, y en silencio agradecimos a la que todavía seguía siendo nuestra concejala delegada de educación de adultos estos cuatro mágicos y fructíferos años: nunca antes había habido tantos libros leídos, ni tanta inquietud por la literatura, ni habíamos conocido a tan magníficos escritores que alababan el movimiento literario de Pina. Y, esto gracias a nuestra Marisa Fanlo, concejala, amiga, y compañera de taller.

Julia Gallego Pérez

TRESCIENTOS DÍAS DE SOL de Ismael Grasa

http://300diasdesol.blogia.com/

Éste es el blog donde podéis conocer el último libro de Ismael Grasa publicado por la editorial aragonesa Xordica. Y esto es lo que dice nuestro último profesor, Daniel Gascón, del libro de nuestro recién publicado profesor anterior.

Trescientos días de sol es el último libro de Ismael Grasa (Huesca, 1968). Cuenta doce historias inquietantes, protagonizadas por personajes que se encuentran en una situación provisional, y en las que el delito es una presencia constante: a veces una amenaza o un incordio, en ocasiones un deseo sin mucho fundamento: a un profesor le roban un móvil en una excursión, un afilador amenaza a su cliente con el cuchillo que acaba de arreglar, unas payasas que animan comuniones roban en las casas en las que actúan.

Trescientos días de sol es un libro estupendo sobre personajes en proceso de reajuste, que asisten a bodas y a entierros y a repartos de herencias sin participar del todo (a menudo se quedan fumando a un lado), y que entienden a medias lo que les pasa. Muchos de ellos tienen trabajos temporales o quieren cambiar de vida, y se niegan a que los clasifiquen. También tienen un talento especial para meter la pata, como el inspector Clouseau o los protagonistas de Seinfeld: uno de ellos le dice a una masajista que ha ido allí a recibir placer. En estos relatos, que la realidad parece imitar (“Un sarrio” hace pensar en el terrible crimen de Fago, y en “No me gustan los psicólogos” el protagonista lleva una navaja por si acaso), puede haber un estallido de violencia inesperada.

Trescientos días de sol también está lleno de un humor salvaje, que a veces te asalta cuando menos te lo esperas y que demuestra un extraordinario sentido del tiempo. En “Algo provisional”, uno de los mejores relatos del libro, el protagonista posibilita que su hermanastro sea violado: “Los intentos de Rubén por defenderse se volvieron en su contra, aprendió que en un juicio de pederastia con violación probada es mejor no empezar frases del tipo ‘¿Qué hay de malo en?’”.

Ismael Grasa sabe que algunos detalles (la marca de un hombre en un sofá, una mesa en la que falta una servilleta) o una frase extraña pueden contar una vida entera: “Estábamos ahí, rodeados de esos disfraces de osos, de novias medievales, de hadas madrinas, de todos esos zapatos enormes de payaso”. Sus cuentos dan pocas explicaciones y son mucho más cerrados de lo que parece: son pequeñas películas, que ofrecen una mirada muy contemporánea y desprovista de clichés sobre las ciudades y sus piscinas, los recreativos, o sobre las despedidas y los cementerios de los pueblos. Trescientos días de sol posee una precisión formal que casi no se nota, un mecanismo de relojería que describe algo inestable, maravilloso y turbulento: un puñado de seres humanos.

TRIO. ARRATE GALLEGO

TRIO

  

Somos ella él y yo. Los tres compartimos cama, aunque no espacio pues cada uno tiene el suyo bien definido. Vivimos en armonía, respetando nuestros límites, y el de los demás.

A veces  él se va de viaje, y entonces ella es sólo para mí. Sus besos, abrazos y frases cariñosas son sólo mías, desayunamos juntos y compartimos el rincón del sofá que tanto le gusta. Se que ella es feliz , lo leo en sus ojos. Cuando él vuelve  todo sigue igual. Algunas noches mientras ella duerme, me acerco a su cara  y la beso en la mejilla y el cuello. Entonces apoyo mi cabeza en su almohada  mientras huelo su pelo, inmóvil para que no se despierte, luego vuelvo a mi sitio y me acurruco a sus pies, siempre a los suyos, y ronroneo de felicidad mientras me duermo.

  

.                                                ------------Arrate----------------

UN DIA CUALQUIERA, ARRATE GALLEGO

En el amanecer de cada nuevo día  pareciera renacer la esperanza, inconcreta y difusa de que las cosas mejorarán. A medida que el sol asciende hacía el cielo, se lleva ese anhelo consigo, quedando tan sólo un ansia oculta de cambiar de vida. Cada día me levanto sintiendo el mismo vacío existencial. Hoy, con el peso de mis decepciones encima, comienzo un nuevo día. Como cada mañana, -desde hace dos años- me presento con mi uniforme de color verde  esmeralda, en la puerta del Museo de Ciencias Naturales:

-Hola soy Domitila, y seré su guía.

Un día tras otro, explico  y enseño las excelencias de todo lo expuesto en nuestras galerías. Recorriendo espaciosos pasillos en  penumbra, como mi espíritu, sonrío a los grupos de personas que acuden a visitar la muestra, con desigual interés en mis palabras, quedando a veces suspendidas en el aire prolongándose con el eco breves instantes más.

A la hora del almuerzo, como es ya Primavera, me acerco al parque de enfrente, a comer un bocadillo. Me siento en un banco al borde de la vereda principal, desde dónde observo pasar a la gente, albergando la esperanza de encontrar algo, o alguien, que de sentido a lo que hago. A veces juego a imaginar las huellas que la vida deja en sus rostros. Sueño sus vidas carentes de rutina rebosantes de éxtasis, pasión, arrebatos de locura que les hagan perder momentáneamente la cabeza alcanzado la cima de la felicidad. Buscando siquiera un atisbo de emoción  que contagiarme.

Regreso a mi puesto de trabajo, con la cabeza llena de fantasías y vacío el corazón, de una realidad tangible que me hagas estremecer. Intento mantener interesados a unos escolares en los nuevos fósiles que nos han traído, aunque se que están más interesados en desmontarlos que en observarlos.

Terminada la jornada vuelvo a casa, el Fiat estilo de Jose - el inseparable amigo de Carlos, mi marido- , está aparcado junto a la entrada. Hoy cenaremos tres, no importa, no se quedarán mucho rato. Cuando entro, los dos me saludan afectuosos: se levantan del sofá y me besan en la mejilla. A simple vista no sería fácil distinguir cual de los dos es mi marido. Carlos siempre ha sido: correcto, distante, celoso guardián de su individualidad, gran amigo. De hecho creo que es mejor amigo que cualquier otra cosa, o que solo es eso, como Jose.

En la cocina hay preparado arroz a la cubana, ellos ya han cenado, esta semana tienen turno de noche y se van pronto. Carlos siempre dice que es el mejor turno, porque así pueden dormir por la mañana, y aún les queda toda la tarde libre para entretenerse en su actividad favorita: tirarse al sofá a devorar comida, mientras ven películas de cine. Entonces se convierten en críticos de cine aficionados, que basan sus críticas, más en visiones subjetivas, manipuladas por la campaña más o menos feroz de la prensa, que en un conocimiento cabal del mundo del cine.

Ceno sola, mientras leo un artículo en una revista de historia, después de haberles despedido con una sonrisa,  pero esta se me cae cuando les pierdo de vista y siento el frío de la soledad que me llega hasta adentro.

Sentada en la cama, en el lado izquierdo, frente al espejo de la cómoda me miro a los ojos. Confieso que este es el mejor momento del día: la hora de acostarme. Deslizo entonces mis piernas entre las sábanas  frescas y escucho el sonido del algodón rozando y envolviendo mi piel. Inmóvil, mirando al techo percibo cómo la inconsciencia me invade, y dejo de sentir, de oír, de ver: soy feliz. A mi mente viene aquel poema:

“Dormir es sumergirse

en las profundas aguas

de la inconsciencia

y navegar sin rumbo

hacia la oscuridad.”

                                                                                                                      

MARCADOS. ARRATE GALLEGO

Llegué al pueblo de Arla como maestra en Septiembre. Era un hermoso y pequeño pueblecito en Galicia de calles estrechas y casa de piedra, con olor a humo y humedad.  

Conocí a los veinticinco niños de la escuela el primer día, y a la mayoría de sus padres también, gente trabajadora y simple, dedicada en su mayoría al campo. Además conocí a María, una señora de cuerpo deforme, con una joroba en la espalda, pero que caminaba erguida, más bien tiesa, con los bolsillos repletos de caramelos para repartir a los niños, quienes lejos de burlarse de su aspecto, la apreciaban por su dadivosidad. Ella me convenció para que me quedara a vivir allí y no viajara tanto, me alquiló una pequeña casita contigua a la suya, en  el primer callejón de la calle principal. Su risa era ruidosa como el cacareo de una gallina, y sin duda me alegraba los días, pronto se convirtió en una amiga.

Durante mi primer año de maestra en el pueblo, Claudia, una alumna de tercer curso perdió a su padre en un accidente, todos lo sentimos mucho y sus amigos la apoyaron más que nunca.

En mi segundo año allí, cuando comenzaba la Primavera, Oscar de cuarto curso, vio impotente como su mamá se moría de un cáncer fulminante. Claudia y sus amigos le rodearon para consolarle.

Casualmente los padres fallecidos se habían construido una casa recientemente, y se murieron sin apenas disfrutarla. María decía que existen casualidades fatales, que hay que aceptar sin más, aunque sin duda en un pueblo tan pequeño el impacto es mayor.

En clase, los niños comentaban que era una maldición: si alguien se construía una casa moriría, o lo que es lo mismo:” A jaula terminada pájaro muerto “. Hablé con ellos, intenté hacerles comprender que el azar  es así de imprevisible, que puede haber penosas coincidencias, pero que no era más que eso. Acepté su silencio como un signo de que lo habían comprendido, y continué la clase.

Durante mi tercer año allí, antes de las vacaciones de Navidad, el padre de José, uno de los chicos mayores de clase se murió de un infarto, mientras discutía con una empresa de electricidad, el día en que le darían energía a su nueva casa. Después del funeral, cuando volvíamos del cementerio, vi a los tres niños hablando: Claudia, Oscar y José, me acerqué a ellos y les abracé, Claudia susurró en mi oído: no hay tantas casualidades señorita. Yo no supe qué contestar, la tristeza aprisionaba mi garganta hasta la fatiga, mientras observaba cómo la tristeza invadía sus ojos sin remedio.

Esa noche no podía dormir,  pensando que a cuatro de mis niños se les había muerto un padre, desde que yo había llegado al pueblo. Puestos a ser supersticiosos y a pensar mal, quizás era yo la culpable de todo, y quien había traído la mala suerte al pueblo.

Pasé la Navidad con mi familia, lejos de Arla, intentando olvidar toda la tristeza que les rodeaba.

Cuando regresé a mis clases, todo seguía su marcha habitual. Hablé con María de mi sospecha  y se rió con ganas. ¡Estás loca, cómo se te puede ocurrir tal cosa! y me contagié de su risa, y me dejé llevar de su eterno optimismo, y me reí con las ganas de quién descubre la risa por primera vez.

Durante las vacaciones de verano, me casé con Marcos, mi novio formal desde hacía dos años, pero al que veía poco por nuestros trabajos, el consiguió el traslado a  un pueblo más cercano para poder vivir juntos en la casita que yo tenía alquilada. Tiempo después Marcos compró una finca al lado de la escuela para que, con el tiempo, y ahorrando mucho, edificáramos una casa, como esas tres nuevas que había en el pueblo. Era un hermoso proyecto para realizar juntos, sin duda, sólo que un creciente desasosiego se apoderó de mi.

El padre de Julia estaba terminando su nueva casa cuando llegó la siguiente Navidad. Sus ojos tristes miraban a Claudia, Oscar y José buscando respuestas a preguntas que estaban en el aire, yo la observaba temerosa, pensando que era imposible que se repitiera lo mismo que a sus compañeros. Aún así la inquietud crecía a medida que pasaban los días. Julia se mudó a su nueva casa a finales de Enero pero su casa todavía no estaba terminada, a sus papas se les agotó el dinero y no pudieron  pintarla ni colocar la baranda del balcón, ni recubrir las escaleras de baldosa. Se veía una casa a medias, pero ellos se sentían muy felices dentro. Esperamos conteniendo el aliento deseando que no sucediera nada, y nada sucedió. La casa de Julia aún no está terminada, aunque hayan pasado cuatro años.

No hubo más casa en construcción durante varios años, entonces mi esposo Marcos inició las obras de la nuestra. Con ilusión compramos todo lo necesario, y la vimos crecer hasta el tejado, en dos años nuestra casa estaba terminada, y ya estábamos preparando la mudanza. Mis  antiguos alumnos vinieron a visitarme para advertirme de la maldición.

-¡ Vamos chicos, ya habéis visto que eso no se ha cumplido con Julia! ¡no hay tal maldición!- Los invité a limonada y se fueron cabizbajos. Sus silencios hablaban con más fuerza que sus palabras.

Cuando me mudé lo hice entre alegría, dudas y pesar. María nos ayudó a trasladar nuestras pocas cosas con emoción. Cuando todo estuvo ordenado con las cortinas colgadas, los cuadros y los espejos, me senté a descansar…

Marcos se ha ido a la ciudad a comprar mas clavos, yo me siento en nuestro balcón orientado al oeste, para observar la puesta de sol, con un cuaderno y un bolígrafo en la mano dispuesta a escribir lo que ocurrió aquí. Si todo va bien, mañana continuaré la historia...

FIN 

Un largo fin de semana -Amanda-

El calor empezaba a ser insoportable y todavía les quedaba la mitad del trayecto.

Cuando compraron juntos el Fiat Stilo , hace unos cinco años, ya les advirtió el del concesionario que por unos dos mil más les daba el del aire acondicionado. Ni siquiera dudaron un momento. Nunca llegaron a pensar que el termómetro pasaría de los 40  un mes de julio.

  • - En cuanto lleguemos a la gasolinera , paramos a tomar un helado, no puedo más con este calor - le dijo Tomás a su novia.

María sólo asintió con la cabeza. Desde hacía tiempo sabía que la relación no funcionaba, pero ella seguía tan enamorada como el primer día. Cuando Tomás le propuso ir el fin de semana al pueblecito pesquero, una sensación de nerviosismo esperanzador invadió todo su cuerpo. Se acordaba perfectamente de cuando Tomás la miraba fijamente en aquel parque tan verde y repleto de amapolas del pueblecito mientras intentaba hacer un boceto del paisaje.

  • - ¿Te gusta pintar?- le preguntó él, después de contemplarla enardecido.
  • - Me gano la vida pintando cuadros pintorescos, o algo así.

Hacía rato que sonaba Stravinski en el coche. Los dos eran unos apasionados de la música clásica, sin embargo los acordes ya no eran tema de conversación , sino una forma de inspiración para los pensamientos que continuamente les venían a la cabeza. A María nostálgicos, a Tomás de desesperación. Nunca llegaron a pensar que Stravinski sería la mejor excusa para no tener que hablar.

También Tomás pensó que volver al pueblecito sería una buena idea para solucionar la tensión que había entre los dos. Pero no podía dejar de pensar en ella. Se enamoró de Domitila casi sin quererlo, probablemente la misma noche que la conoció. Aquella noche que salió con su amigo del alma, Pablo, a tomar unas copas hasta las tantas y prometió a María que volvería pronto. No volvió tarde, pero ya no buscó a María en la cama. Después de tomar unas copas, Pablo le propuso ir al club de alterne que tanto frecuentaba para ver si veía a la de siempre. Al principio Tomás no quería, pero pensó que la penúltima copa no le sentaría mal, y además, nunca le decía no a su amigo.

  • - Hola, soy Tomás y tengo novia, para que lo sepas.
  • - Hola, soy Domitila y soy puta, para que lo sepas también. Pero no te preocupes, iremos al grano.

Esa noche no hubo besos, sin embargo Tomás sentía la necesidad de besarla por todo el cuerpo, de tocarle su larga cabellera rojiza y ondulada, de cuidarla, de decirle que la amaba.

La gasolinera  estaba a veinte kilómetros. María se encendió un cigarrillo, entonces sus recuerdos ya le estaban ahogando el viaje. Recordó cuando al poco tiempo de conocerse lo invitó a comer a su casa, en la ciudad. Estaba tan nerviosa que se había olvidado ese día de hacer la compra y no tenía nada en la nevera, excepto un par de huevos y tomate frito de bote. Nunca se le dio mal improvisar en la cocina, así que echó mano de su dote y empezó a preparar arroz a la cubana. Ese día se le quemó el arroz, pero no les importó a ninguno de los dos. Hicieron el amor hasta quedarse dormidos.

  • - ¿Me das un cigarrillo?- preguntó Tomás, interrumpiéndole el pensamiento. - Se me ha olvidado comprar tabaco.

Tomás nunca llegó a pensar que podría enamorarse de otra. Cuando conoció a María creyó que era la mujer ideal para él, divertida, guapa y con aquel misterio bohémico que tanto le encantaba de las mujeres. Sin embargo, volvió al día siguiente al club.

  • - Hola Domitila. No puedo dejar de pensar en tu olor.
  • - Ahórrate las palabras, amigo. Yo te hago lo que quieras, pero no quiero romanticismo- le contestó Domitila.

Pero esa vez se besaron como nunca, y se saltaron las normas de las rameras a la torera.

Llegaron ya a la gasolinera. Tomás se pidió un helado de chocolate, María un cortado con hielo. Les quedaba todavía dos horas de viaje.

María siempre disfrutaba cuando iban al pueblo. Mientras Tomás leía el periódico, ella pintaba algún cuadro en aquel parque tan verde y lleno de amapolas.

  • - Creo que llegaremos de noche- dijo Tomás mientras saboreaba el helado.
  • - Si, ya está oscureciendo un poco.

Hacía tiempo que Tomás quería contarle a María que se había enamorado de otra mujer y que quería pasar el resto de su vida con ella. Tenía largas conversaciones con su amigo Pablo en el café de al lado del estudio.

  • - Mira que enamorarte como yo de una puta. Nunca debiste entrar -le decía Pablo.
  • - Ya sabes, como dijo Wilde, "puedo resistirlo todo excepto la tentación".

Cuando entraron en la casita del pueblo, ya eran las once y el silencio invadía la atmósfera.  Dejaron las bolsas encima de la mesa y Tomás sacó una manta de cuadros del armario de tinte envejecido del salón. La expandió por el sofá y se tumbó en él.

  • - Duerme tú en la cama- le dijo a María- estoy muy cansado del viaje.
  • - Vale -contestó María con la mirada perdida.

Les quedaba un largo fin de semana por delante.

Cinco locos y un complot -de autores múltiples del taller literario-

-Supongo que piensas que eso lo cambia todo- dijo.

-¿Por qué habría de cambiarlo?

-¿Acaso te sientes el dueño del destino de los otros? ¡No seas ridículo...!. Menuda mierda de justicia la tuya- explotó Clara, enrojecida por la ira.

-Yo creía que... en fin, todo a la puta mierda.

-No creo que pueda manejar ésta situación sin sobornar a alguien; no haces más que meterte en líos, ahora tendré que comprar el silencio de los que te apoyaron en el complot.

-Vamos, no ha sido tan grave, sólo he manejado algunos datos, tú siempre exagerando las cosas, el dinero ayudará a la ONG y los otros no se enterarán.

-Te vas a pillar los dedos algún día. Pero seguro que te has llevado una parte a las islas Caimán, cuyo lema es: discreción sin parangón. Siempre te ha gustado enmerdar a todo el mundo.

-No, me he arrepentido y no me he quedado nada. Lo he invertido todo en lanzar al estrellato a un perfecto imbécil. Se llama Delfín pero canta como una almeja. Su voz brilla mucho menos que su perfecta calva. Pretendo demostrar- y creo que está en mis manos- que con dinero todo es posible, incluso sin talento. Después de que gane unos millones llevándole de gira, crearé un partido político del que será el líder. No creo que me cueste comprar a unos cuantos concejales, o gente que quiera actuar como tales acompañando a Delfín. De ahí a la presidencia del gobierno... un paso. Y el Vaticano no está lejos...