Cinco locos y un complot -de autores múltiples del taller literario-
-Supongo que piensas que eso lo cambia todo- dijo.
-¿Por qué habría de cambiarlo?
-¿Acaso te sientes el dueño del destino de los otros? ¡No seas ridículo...!. Menuda mierda de justicia la tuya- explotó Clara, enrojecida por la ira.
-Yo creía que... en fin, todo a la puta mierda.
-No creo que pueda manejar ésta situación sin sobornar a alguien; no haces más que meterte en líos, ahora tendré que comprar el silencio de los que te apoyaron en el complot.
-Vamos, no ha sido tan grave, sólo he manejado algunos datos, tú siempre exagerando las cosas, el dinero ayudará a la ONG y los otros no se enterarán.
-Te vas a pillar los dedos algún día. Pero seguro que te has llevado una parte a las islas Caimán, cuyo lema es: discreción sin parangón. Siempre te ha gustado enmerdar a todo el mundo.
-No, me he arrepentido y no me he quedado nada. Lo he invertido todo en lanzar al estrellato a un perfecto imbécil. Se llama Delfín pero canta como una almeja. Su voz brilla mucho menos que su perfecta calva. Pretendo demostrar- y creo que está en mis manos- que con dinero todo es posible, incluso sin talento. Después de que gane unos millones llevándole de gira, crearé un partido político del que será el líder. No creo que me cueste comprar a unos cuantos concejales, o gente que quiera actuar como tales acompañando a Delfín. De ahí a la presidencia del gobierno... un paso. Y el Vaticano no está lejos...
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