DOMITILA ES FELIZ -Marisa Fanlo Mermejo-
Domitila es una mujer feliz. Antes era marinero. Le encantaba salir a cubierta a la hora de acostarse para mirar el horizonte. Tenía muchos amigos con los que salía cuando desembarcaban en algún puerto. Pero nunca ninguno supo su secreto. Se enteraron después, cuando alguien les contó que se la habían encontrado en un parque con un hombre y unas tetas nuevas.
A Domitila le dio igual que la viese aquel antiguo compañero. Aunque sabía que a los pocos días lo sabrían todos los demás. Le daba todo igual porque era feliz. Además del hombre y las tetas nuevas, Domitila tenía un coche, un fiat stilo que la llevaba todos los días a trabajar a un restaurante de carretera.
Hoy Domitila está haciendo arroz a la cubana. Hace un descanso y sale a fumarse un cigarro a la puerta del bar de carretera. Cuando vuelve a entrar lo hace por el bar y no por la puerta de la cocina. Al acercarse a la barra un hombre se gira. Ahí están esos ojos verdes. Desde entonces Domitila tiene de todo. Desde entonces, Domitila es feliz.
Javier es comercial. Vive solo y no tiene ningún horario fijo. Lleva un fiat stilo de la empresa que acaba de aparcar al lado de un bar de carretera. Quiere comerse el arroz a la cubana que ha leído en el menú de la entrada y echarse una siesta en el coche. Tiene que estar en Fraga a las seis y aún son las dos. Le da tiempo hasta de tomarse una caña en la barra. Cuando está esperando la caña oye la puerta del bar, se vuelve y ve a Domitila.
Le recuerda vagamente a una tía con la que se lió en un parque hace unos años durante una borrachera. Sus tetas le recuerdan a la misma tía. También recuerda como una pareja de verde le despertó horas después.
Javier le pregunta a Domitila si esa noche, a la hora de acostarse, pensará en él. Domitila le mira a los ojos y se acuerda del mar.
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marisa -
JOSÉ MANUEL -
Julia Gallego -