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TALLER DE CREACIÓN LITERARIA DE PINA DE EBRO pinaescribe@gmail.com

POEMAS PARA MIRIAM

CASAS Y VIDA

Habito las casas

cuando están ausentes

aseo sus suelos,

recojo sus ropas

a la vez que invado

sus reducidos mundos.

Cuido sus tesoros

valiosos y extraños

con sumo cuidado.

Sus casa despiertan en mi

profundas emociones

unas son dulces

otras amargas.

Casas que hielan

otras que atrapan,

casas pasadizo

hacía otros mundos.

Casas que ahogan

y también las que marcan.

Casas en las que viví

pero no me poseyeron

sólo una, la tuya

fué mi casa siempre.

A todas ellas llevo

hundidas en mi mente

como viejos fantasmas

de un pantano

que resurgen cada día

que abro

una nueva puerta.

 

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Arrate Gallego

LAS COSICAS DE LA BOLSA de Marisa

 

Otoño y flores secas

Como gusanos en mi bolsillo

 

Otoño de tristes parques

De cruces por todas partes

De castillos

De palacios

 

Una carrera hacia el tranvía

Unas flores rotas que antes no lo estaban

Flores que me diste después del helado

Un ticket de tres sesenta justo antes del final

El final que ninguno imaginamos

 

Recuerdos con la fecha estampada

Una fecha que no recordaré

 

Otro otoño y más flores secas

Como gusanos en mi bolsillo

Otros recuerdos de otros tranvías

Y más flores rotas

Los borrarán

 

En primera persona

 

 

 

 

Se conocieron hace quince años

Una enfermera loca y un economista cuerdo

Otra relación rota y la soledad rota del extranjero

Levis y pelo cardado y camisas de padre a los veintitrés años

Un rollo de un curso

Sin más posibilidades

 

Entre fiestas y borracheras

Libros y apuntes

Cafés y noches en vela

Sobrevivió

 

Él quiso enseñarle su vida en Portugal

Quería quedársela para siempre allí

Analizaba el mercado y jugaba con él

Bajaba los precios para atraerla

Y luego los subía en Zaragoza

 

Pero ella no iba para quedarse

Iba siempre de vacaciones

Como mucho a poner inyecciones

O a curar heridas que no cicatrizaban

Guardaba recuerdos de todo como si no fuera a volver allí

Entradas a palacios y castillos

Billetes de tranvías

Tickets de helados

De cenas o comidas

 

Él siguió viajando a Zaragoza

Pero nunca guardó nada

Ni las entradas de cine

Ni la de los Dire Straits

Nada de los bares del Casco

 

Años y más años

 

Ella siguió yendo de vacaciones

De vez en cuando una transfusión

Pero los virus crecen y se reproducen

Y el mercado y los precios le importan una mierda

 

Ahora ella mira un ticket de 3,60

Del último helado  

Del último viaje

Y unas flores secas

Rotas en pedazos

 

En tercera persona

A Miriam Reyes

 

A Miriam Reyes

Poeta y musa

 

Hacedora de pensamientos

Constructora de sueños

y transformadora de palabras

 

Latente torbellino de ideas

 

Mágica magia de estrellas y luna

de sombras y de noche

 

Mostradora de sueños

 

La verdad es su mirada

Sonrisa que no miente

Oda y verso

Letrilla y poema elevados hacia un infinito de color

Su voz melodiosa

 

Buscadora de caminos

 

Orense

Venezuela

Barcelona

 

La que vive

sueña

escribe

compone

enseña

 

La que no hiere al corregir

 

La poeta

La primera que conozco

en persona

en vivo

Y en directo

 

 

La musa

Numen

O inspiración poética

 

Mi profesora

 

A Miriam Reyes

 

 

Julia Gallego

MIL Y UNA VÍRGENES

 

Llegué huyendo de antiguas creencias,

Antiguas creencias huecas, sin sentido,

Agarrándome a la lógica, a la razón

Que no me habían enseñado antes.

 

Llegué y sin avisar

Me asaltaron mis viejos rezos.

Aparecieron ante mí en forma de Virgen

Ofreciéndome la ayuda que nunca antes me dio.

 

Pero ya no la creo. Porque ahora sé

Que hay muchas vírgenes.

Vírgenes que a mí no me dicen nada,

Nada de lo que creen los demás.

A mí me dicen otras cosas que nadie escucha:

Dicen que estaban aquí antes,

Que hace siglos las crearon hombres,

Padres de nuestras madres

Que creían porque debían hacerlo,

Que vivían sometidos a lo irracional,

Que no podían pensar solos,

Que no conocían mujeres libres,

Que obedecían a la cruz o a la tierra

Y que ya no están.

 

Y ahora lo que creo

Es que debo recordar todo lo que ellas me dicen.

Debo hacer que nada se repita,

Que todo eso se quede en el pasado,

Que no tengamos que obedecer ni a cruces ni a tierras,

Que seamos libres,

Que conozcamos los antecedentes

Y que respetemos a nuestras vírgenes

Aunque nos digan a cada uno cosas diferentes.

 

 Marisa Fanlo Mermejo, 7 de enero de 2007 

AMANDA ESCRIBE SOBRE EL CONTENIDO DE SU BOLSA

 

 

 Exótico aroma en la habitación 210

 Dulce recuerdo sobre mi cuerpo de los caramelos

 La pasión todavía perdura en mis pensamientos

 Demasiado tarde, ya he cogido el primer metro

 

 Entrará despacio para no despertarme

 Notará el ahogo incesante del hombre despechado

 Dejará un "llámame cuando puedas"

 Casi pierdo el segundo metro.

 

  La cobardía me transforma en fugitiva

  Demasiado indecente para expresarlo

  La decisión es ya definitiva

  Sólo serás un recuerdo concreto

 

  Madrid se va disipando

  A lo lejos queda la estación.

 

En primera persona

 

 

 

 

De regreso hacia su tierra

En la mochila abundan los recuerdos

Se mete un caramelo en la boca

Esos fados a la luz de la luna.

 

En su cabeza el próximo viaje

Aroma a infusiones

Quizás a un lugar exótico

Bohemia y aventurera.

 

Camina hacia su casa

Ignora la nota sobre la mesa

No le avisará cuando llegue

Rompe todos los billetes de metro.

 

Sabe que no puede ser

No entiende su espíritu luchador

El ahogo de permanecer inmóvil

Se bebe dos copas de vino.

 

Mañana preparará el itinerario.

Volverá a la estación, tan familiar, tan cálida.

 

 

 

En tercera persona

EJERCICIO CON EL CONTENIDO DEL SOBRE

EN PRIMERA PERSONA:

La noche nos vino encima, como si la oscuridad quisiera tendernos un telón que pusiera fin a nuestro último acto.

Volvía en silencio, regresábamos de nuestro último encuentro en aquel bar de copas llamado Hierba de Indonesia, mientras un sabor a sacarosa, miel y gengibre se explayaba por mi lengua. Era algo extraño, galvánico y súbito.

Contra el fieltro de mi bolsillo, un aviso, y cuatro billetes de ida de mugrientos  metrobús.

Y, en mi mano, adherido como sanguijuela chupadora, un billete de vuelta.

Un, llámame cuando puedas alcanza mis sentidos y enfría mis deseos.

¿Para qué? ¿Para qué quiero llamar?

El tren nos lleva a la tierra del olvido. Ahora se ha puesto el sol y es hora de plegar.

 

EN TERCERA PERSONA:

La noche les vino encima, como si la oscuridad quisiera tenderles un telón que pusiera fin a su último acto.

Volvía en silencio, regresaban de su último encuentro en aquel bar de copas llamado Hierba de Indonesia, mientras un sabor a sacarosa, miel y gengibre se explayaba por su lengua. Era algo extraño, galvánico y súbito.

Contra el fieltro de su bolsillo, un aviso y cuatro billetes de ida de mugrientos metrobús.

Y, en su mano, adherido como sanguijuela chupadora, un billete de vuelta.

Un llámame cuando puedas alcanza sus sentidos y enfría sus deseos

¿Para qué? ¿Para qué quiere llamar?

El tren les lleva a la tierra del olvido. Se ha  puesto el sol y es hora de plegar.  

Julia Gallego

CUANDO ERA NIÑA

Cuando era niña, mis pies recorrían aquel espacio. Entonces todo me olía a pan tierno, a mantecados a magdalenas y a bollos.

Dibujaba con harina palabras recién aprendidas, y escondía mil preguntas sin respuesta bajo el miedo a lo desconocido.

Hoy, siento mis pies recorriendo el mismo espacio. Todo me huele a plástico, a pegamento, a pintura, a loza, a papel de regalo y a cercana despedida…

Nuevas estanterías robando: tableros de madera, mostrador verde, pintado capa a capa por la mano firme de mi padre, latas de repostería, portezuela, amasadora, pila de agua, palas, leña, tercerilla, cabezuela…

Mi trabajo: el mismo espacio, ese lugar donde duermen mis recuerdos y se ocultan mis deseos.

Julia Gallego 

Ejercicio sobre nuestro trabajo para el próximo taller 

¿QUÉ PASA QUE NADIE NOS MANDA NADA? OS CUELGO UN POEMA PARA VER SI OS ANIMAIS.

EN TERCERA-POEMA DESDE UNA BOLSA

 

Dos billetes juntos

dos billetes dos

en tren climatizado

expreso como el café

¿De Madrid al cielo?

Viaje inverso del triángulo que corta.

 

A dos billetes juntos

dos billetes dos

la grapa que junta no hiere

la V que marca no sangra

a dos billetes juntos

juntos de fumador.

 

Madrid-Zaragoza-Huesca.

 

Un mundo raro

de Periferias

a dos billetes juntos

en el círculo de arena separó.

 

Maldito ciento trece

¿y el ciento treinta y tres?

¿por qué no?

 

JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ