Negro como sus ojos
A mi hija Silvia; treinta y cinco años después de aquella tarde.
NEGRO COMO SUS OJOS
Vertido en las sombras del alejamiento el momento se hace denso,
implacable, continuo
Así llega a mí, abierto, desgarrado, dividido.
Voy buceando por la melancólica tarde de un tiempo arrancado
Al encuentro voy de mi niña
Al encuentro de su odio voy.
Odio apercibido
El doloroso y temido odio de mi propia sangre se vislumbra en su mirada enlutada
Negro como sus ojos
Odio infante
Acorralado está el odio en su mirada párvula
En un alejado rincón se refugia mi niña
Mi niña del silencio
Entre juegos y risas de otros silencios me muestra su odio
En el patio de un internado de monjas me escupe su odio
Confinado entre paredes extrañas su odio se torna interrogante
Pregunta ¿por qué?
Largo será el camino áspero, le digo
Inflexible el viaje
Habrá días...
Sucederán días desesperados
Horas que quedaran sin besos,
sin caricias
sin gestos.
Con el odio a cuestas también se existe
No sé si digo bien...
Fuera y dentro de mí, las palabras arden
La irremediable injusticia del comienzo diferente que hiere
Que atenaza y que muerde
La sociedad indiferente que grita alborotada y no sabe de silencios...
La que ignora y amordaza al silencio muerde más que su odio
Más me muerde...
Tintinea una campana
Sin tripas...
Sin música...
Muda campana que reclama su presencia y la aleja.
Una danza de manos en el aire...
Con el odio en sus ojos se mueve
Adiós...Adiós...
Hasta pronto mi niña...
Y en mis ojos llueve
Llueve a cántaros...
Finalista en Poesía en el XI Certamen Literario Nacional de Relato y Poesía para Personas Mayores convocado en el marco de las XX Jornadas sobre Personas Mayores celebradas en Ibercaja Patio de la Infanta.
Zaragoza 15 de mayo de 2008
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