SIN LÁGRIMAS
Lloro porque me he quedado
sin lágrimas
y como las nubes que pasan
inútilmente sobre la tierra árida
mi corazón se marchita
sin ellas.
Mi lloro es un lamento
de la vida, del tiempo
de la muerte que llevo adentro
adherida como hiedra
al árbol pleno
al que roba vigor, juventud
y hasta sus sueños
y ya no tengo más lágrimas
para llorar mis miedos
y temo despedirme seca
como el desierto.
Arrate
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